La polémica del Banco Nación


La polémica del Banco Nación 

8 de marzo de 1982

LA NACIÓN



Las declaraciones formuladas por el ministro de Economía al Financial Times con respecto de la posible privatización parcial del Banco de la Nación han generado críticas que aprovecharé para desmenuzar y luego agregar la mía propia.

El ex secretario de Industria Alfredo Concepción opinó al respecto "es cómo renunciar al pleno ejercicio de la soberanía", calificando la idea de "lamentable y disparatada”. Señaló que Alemann  “tiene un apellido extranjero y es tan ajeno al país como lo que está proponiendo”.

No veo porqué el hecho de tener un origen extranjero implique ser ajeno al país a tal punto de proponer medidas cuya esencia sea el renunciamiento al pleno ejercicio de la soberanía. Si así fuera. el Sr. Concepción debiera poder extender su aseveración por ejemplo a Belgrano, el fundador de nuestra bandera, que era de origen italiano, ya que su padre era oriundo de la Liguria de Italia ¿Quién no es de origen extranjero en este país?

El resentimiento de Concepción hacia lo extranjero es lo verdaderamente antinacional porque atenta contra  nues­tras propias raíces. Si este tipo de pen­samiento hubiera existido en los albores de nuestra organización institucional hubieran existido entonces trabas que hubieran impedido la llegada de nuestros abuelos y bisabuelos a esta querida tierra de extranjeros. En lugar de esta xenofobia, existieron nada menos que los generosos artículos 20 y 25 de la Constitución Nacional cuya lectura re­comendamos al Sr. Concepción. El mencionado en último término dice: "El gobierno federal fomentará la inmigración europea : y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar la industria e introducir y enseñar las ciencias y las artes".

Continuando con Alfredo Concepción, me parece que la parte más inconsistente de su serie de afirmaciones. es donde se refiere a que la posible priva­tización es una idea lamentable y dis­paratada y que es como renunciar al pleno ejercicio de la soberanía. 

Al expresarse así está atacando la esencia del Banco Nación y que es su propia partida de nacimiento: su ley de creación que establecía que sería un banco privado, tal como lo veremos a conti­nuación.

La ley de creación del Banco Nación

La ley 2841 de creación y organización del Banco de la Nación Argentina, establece en su artículo segundo que “el capital del Banco será de 50 millones de pesos moneda nacional,  representando 500.000 acciones de 100 pesos cada una, que serán ofrecidas a suscripción pública” y en su artículo tercero “el directorio del Banco Nación se compondrá de 15 miembros nombrados  por los accionistas”. Se ve entonces que la fundación  del  Banco fue un  proyecto  donde el  capital accionario debía  ser  totalmente privado.

Por sí fuera poco, Carlos Pellegriní en su mensaje de apertura de las sesiones                 legislativas de  ese año dijo “"Creo que los   bancos del Estado han hecho su época y deben cesar en tal carácter” . Las razones en que fundó tal creencia están consignadas en los considerandos del decreto  del  7 de  abril  y  no  las  repetiré . . .” (2 ). El referido decreto en sus considerandos expresaba  tajantemente que el sistema que reposa sobre la base de.los bancos oficiales "adolece según opinión generalmente reconocida por la ciencia y comprobada por nuestra propia experiencia de defectos que tarde o temprano deben entorpecer o paralizar su marcha…no ha podido escapar a las consecuencias inevitables originadas por su misma constitución, que al hacer de los bancos parte Inte­grante de la administración política y económica del Estado obliga a su ad­ministración a tener su cuenta y a ceder a razones o exigencias, ajenas a las únicas que deben presidir a la dirección o administración de una institución de crédito… “que siendo generalmente reconocida la necesidad de reformar radicalmente nuestro sistema bancario, opinión que comparte el PE, haciendo cesar el carácter oficial de los bancos existentes y refundiendolos en un nuevo establecimiento manejado exclusivamente por interés privado y alejado de toda intervención oficial, que no sea la simple inspección

La oposición

La crítica de la oposición encabezada por Berecochea consistió principalmente en que esta opinión de Pellegrini no estaba suficientemente contemplada en la ley, mencionando la injerencia oficial prevista en el nombramiento del Presidente (3) que a su vez se originaba en el privilegio que el Estado daba a estos accionistas particulares al depositar en el banco dinero proveniente de los impuestos.

Concreción del proyecto

Para concretar este proyecto se decidió que la Caja de Conversión anticipara los fondos que se obtendrían de la suscripción (artículo 19). Los importes recaudados por la venta de estas acciones los recibiría la Caja y los quemaría inmediatamente, abonandose su valor a la cuenta de la emisión anticipado

La estatización; una consecuencia no querida ni deseada

Todo esto ocurrió en 1891. La suscripción fracasó y como consecuencia de esto las acciones quedaron en manos del Estado, consecuencia no querida ni deseada por su ley de creación, dándole razón a Berecochea que previo esa posibilidad al oponerse.

En 1904 la ley 4507 convalida al fracaso de la suscripción y la correspondiente emisión organizando al Banco Nación como banco estatal que como ya vimos era todo lo contrario de lo que deseaba Carlos Pellegrini.

Humberto Volando

El ex presidente de la Confederación General Económica también vertió sus juicios sobre el tema. Dijo que “en otro momento parecería un buen chiste de Landrú pero ahora tenemos la versión firme de que se está trabajando en este sentido”

Afirma que “estamos alarmados por esto y creo que el país debe tomar conciencia de las consecuencias que sobrevendrán”.

Con respecto a que los productores están alarmados por la privatización parcial del Nación diría que es una exageración de Volando. No se nota que los productores estén dejando de dormir por este tema. Si hay muchos a los que se les quita el sueño su endeudamiento: pero ese es otro tema.

Con respecto a que el país debe tomar conciencia de las consecuencias que sobrevendrán si se privatiza parcialmente el Banco Nación; creo que este es un buen punto, y sería sumamente útil que el titular de la Federación Agraria explicara a la opinión pública con un estudio serio si esas consecuencias serán positivas o negativas y cuáles son las relaciones de causa-efecto existentes. De lo contrario resulta muy difícil “tomar conciencia”.

Eduardo Zalduendo

El ex presidente del Banco Central Eduardo Zalduendo opina que “falta saber si la medida es conveniente para el país y si este es el banco a privatizar”.

Luego agrega que como “es un problema político muy serio no habría que hacerlo sin realizar algún tipo de consulta popular”. Estoy de acuerdo en este último punto.

En tal sentido, me parece que el mejor referéndum es darle a los votantes una acción del Banco. Sobre este punto no quisiera extenderme en consideraciones por falta de espacio y porque ya expliqué el funcionamiento de este sistema en dos artículos publicados en La Nación el 9/9/1980 y el 27/12/1980 titulados “El proceso político y el sector público” y “Las empresas del Estado y la solución política”.

Consideración final

Estoy en desacuerdo con la privatización parcial del Banco Nación, porque ello importa la institucionalización de un mecanismo complicado e ineficaz al tratar de unir intereses tan contrapuestos como lo son la gerencia del bien común (función estatal) con la obtención de resultados (función privada).

Creo que la solución correcta es la privatización total, entregándole a cada votante su derecho en la forma de una acción ordinaria del Banco.

Desde el punto de vista de la instauración de una democracia estable, que es el prerequisito de la paz y el progreso económico, me parece deseable que al Poder Ejecutivo no tenga que ocuparse más de las empresas públicas porque mientras menos cosas tengamos para ponernos de acuerdo, más fácil será lograr ese acuerdo y por ende más estables serán las instituciones de gobierno diseñadas en la Constitución Nacional.


*El Cronista Comercial 29.2.81

*Diario de sesiones 9/7/1891, Cámara de Senadores presidida por Miguel M. Nougués

*Diario de sesiones Cámara de Diputados 8/9/81